El Campeonato del Mundo Superbike 2017 finalizó el sábado en el Circuito Internacional de Losail y, para Jordi Torres el cierre no fue el más afortunado. El piloto catalán salió desde el cuarto puesto de la parrilla gracias al séptimo puesto anotado en la Carrera 1 del viernes, pero sufrió una dura caída durante la segunda vuelta y quedó fuera de juego muy prematuramente.

Torres circulaba octavo tras las primeras curvas y se disponía a llevar a cabo un nuevo ejercicio de recuperación en las siguientes vueltas, pero no hubo caso. En la curva 5 salió catapultado de la BMW y acabó rodando por la grava. Afortunadamente, el piloto de Rubí no sufrió lesiones graves, pero sin duda no fue la forma en que quería terminar su aventura con el equipo Althea BMW.

 "He salido bien y estaba seguro de poder hacer una buena carrera” explicó el motociclista de 30 años. “Por desgracia, en la segunda vuelta tan pronto como he tocado el acelerador saliendo de la curva 5, la moto ha derrapado y he salido volando. Afortunadamente no me he roto nada, aunque me he hecho daño en algún músculo”.

“Obviamente, no quería cerrar esta temporada así. quería hacer mucho más” lamentó Torres, quien a partir de ahora iniciará una nueva etapa con el MV Agusta Racing Team. “Doy las gracias a todo el equipo, a Genesio Bevilacqua y a BMW por estos dos años. Hemos tenido algunos buenos momentos y he aprendido mucho. Estoy orgulloso de que como equipo nunca nos hemos rendido y siempre hemos dado el 100%, gracias realmente a todos".

Torres cierra su tercera temporada en WorldSBK - la segunda con Althea y BMW-  en el noveno puesto de la clasificación general, con 158 puntos. La próxima vez que se suba a una moto de SBK será ya para descubrir las capacidades de la MV Agusta 1000 F4 en el primer test invernal y empezar a preparar su debut en la campaña de WorldSBK 2018 con la montura italiana.