Augusto Fernández fue uno de los protagonistas del pasado fin de semana al lograr su primer triunfo de la temporada en la prueba final del Campeonato Europeo FIM Superstock 600 celebrada el sábado. El agua acumulada en el asfalto de Magny-Cours convirtió esa carrera en una complicada prueba para los pilotos, y muchos no llegaron a ver la bandera a cuadros por culpa de las caídas.

Ahí sacó a relucir el piloto de 18 años unas cualidades que ha ido perfeccionando a lo largo de su campaña de debut en la categoría, de la mano del PATA Honda Junior Team. Al cabo de trece vueltas firmaba un holgado triunfo que ponía la guinda a una campaña de signo ascendente y le otorgaba un cuarto puesto en la clasificación general que pocas horas antes, en una conversación con WorldSBK.com, el propio piloto calificaba como ‘casi imposible’.

“Tenemos posibilidades de quedar cuartos, pero tengo que ganar y el que está cuarto tiene que caerse, así que es prácticamente imposible” decía Fernández, que había llegado a Francia clasificado en 6ª posición. “Pero bueno, creo que hemos hecho un buen año pese a haber tenido algunos errores de novato”.

Dicho y hecho. El madrileño – aunque afincado en Mallorca y formado allí como piloto- se llevó de calle esa carrera mientras los dos pilotos que le precedían en la clasificación, Niki Tuuli y Andrea Tucci, se quedaron sin puntuar por culpa de sendas caídas. Resultado final: Fernández 80 puntos por 78 del finlandés y 73 del italiano. La clave: Mucho aplomo y un pilotaje de tiralíneas.

 “Soy un piloto fino” analiza cuando se le pide que defina su estilo. “Cuando hay que sacar la parte agresiva la saco, cometo pocos fallos, me caigo poco, aunque hay rachas y rachas [aquí recuerda su recurrentes caídas de principio de temporada], pero suelo caerme poco… si, básicamente soy un piloto fino”.

Pasando revista a su campaña, Fernández afirma que ha experimentado una clara evolución como piloto en el curso 2015 tras llegar a la nueva categoría como flamante campeón de la European Junior Cup:

“Creo que he aprendido un montón, he cambiado bastante como piloto” apunta.  “Tenía una buena base por los dos años en la EJC, donde aprendes un montón  con las carreras en grupo y corriendo en los circuitos europeos, pero las motos eran muy básicas. Aquí ya he tenido una moto más seria, con más cosas… He aprendido a trabajar con un equipo, a explicarle mis sensaciones a un mecánico, a trabajar con las gomas, con los cambios de gomas. Eso es algo que no hacía antes, porque con la potencia de la moto no llegaban a gastarse”.

Acostumbrado a un ‘equipo’ formado exclusivamente por él mismo y su padre, el piloto recalca: “Hasta el año pasado estaba todo el rato con mi padre, no había nadie que me cambiase las ruedas si no era él”.  

Y el progenitor - el primer Augusto Fernández de la saga-  asiente desde la cercanía. En realidad, está al lado del piloto durante todo el fin de semana. Viste el uniforme del PATA Honda y lleva la pizarra del número 37 en el muro, además de velar por los intereses de la joya familiar. Al término de la charla, apunta: “Augusto ha demostrado lo que tenía que demostrar. Lo ha hecho muy bien. Era importante estar delante para que se nos vea de cara al próximo año, y en las últimas carreras ha peleado de igual a igual con los mejores”.