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El campeón del Campeonato del Mundo FIM WorldSSP300 de 2018 puede ser una campeona, y lo más sensacional de esta noticia es que ya nadie puede sorprenderse de ella. Ese mérito es de la piloto Ana Carrasco, que este año ha revolucionado la categoría pequeña de World Superbike con el respaldo de la escudería DS Junior Team.

El paquete que forman la motociclista murciana, la Kawasaki Ninja 400 y la estructura que dirige el ex piloto David Salom se ha revelado una combinación extraordinariamente efectiva: En tres pasos -los que van de Aragón a Imola- la piloto de 21 años se plantó en el liderato de la categoría. En dos pasos más, con paradas en Donington y Brno, se ha consolidado como el enemigo a batir para cualquiera que aspire este curso a la corona de campeón en WorldSSP300.

Escritas ya en los anales del campeonato- ¡y en la memoria de los aficionados!- quedan sus exhibiciones en los Rounds consecutivos de Italia y Gran Bretaña, dos triunfos dominantes, partiendo desde la pole position y liderando al grupo de principio a fin. El último fin de semana, en la República Checa, fue menos provechoso para Carrasco. Pillada a contrapié cuando apareció la bandera roja a tres vueltas del final, tuvo que conformarse con la 11ª posición, su peor resultado del año. Pese a todo, se fue de Brno con una ventaja de 20 puntos al frente de la general cuando quedan tres carreras por disputar. 

El desafío que tiene ahora por delante es tan emocionante como vertiginoso. Al frente de una tumultuosa parrilla de 40 pilotos, Carrasco tiene que gestionar su ventaja y mantener su línea de resultados en Misano, Portimao – donde el año pasado se convirtió en la primera fémina en ganar una carrera de categoría mundial- y Magny-Cours, donde podría consagrarse como la primera mujer en ganar un campeonato mundial de velocidad, su objetivo declarado desde que aterrizó en el paddock de World Superbike en 2017. La misión no es sencilla: Borja Sánchez, ahora su rival más cercano, está a 20 puntos, pero a 21 está el germano Luca Grunwald y a 23 el holandés Scott Deroue. Tres pilotos a menos de una carrera de distancia, lo que significa que el margen de error es muy limitado.

Pase lo que pase de aquí a finales de septiembre, Carrasco ya ha trastocado el relato imperante en la competición sobre dos ruedas. Ya nunca una fémina será ni una curiosidad ni una cuota en una parrilla de motociclismo; será una rival potencialmente peligrosa y un enemigo a considerar. Así lo ha establecido Ana Carrasco, y aunque no hay reglas inmutables, ésta parece que ha llegado para quedarse.

A la piloto de Cehegín le ha tocado ir abriendo camino. Fue la segunda piloto española que se alineó en el Campeonato del Mundo de MotoGP, la primera en puntuar en Moto3, la primera en ganar una carrera de clase mundial y la primera en liderar un campeonato de estas características. Ahora el título mundial de WorldSSP300 está en el horizonte, y Carrasco dispone de lo necesario para ir a por él: Talento, profesionalidad y hambre de triunfo; y lo que envuelve y potencia todo eso, un equipo experimentado que cree en sus posibilidades. Pero sólo las próximas citas de la temporada descubrirán si Ana puede romper o no esa nueva frontera.

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