Román Ramos continúa su tendencia positiva en el Campeonato. Sus cualidades para extraer lo máximo en cada momento están más que demostradas. En Misano se las vio con unas temperaturas particularmente altas y en esas condiciones el frontal de su Kawasaki le acostumbra a poner en apuros. El cántabro lidió con este problema y consiguió completar una jornada de sábado más que satisfactoria. Primero, superando el reto de la Superpole 1 y accediendo por primera vez a la SP2. Después, consiguiendo un octavo puesto en la carrera, lo que también le permitió arrancar desde la segunda fila -quinto puesto- en la segunda prueba del fin de semana.

En esa segunda manga, Ramos tenía expectativas y metas aún mayores, pero después de un par de vueltas el motor se rompió y el santanderino se vio obligado a retirarse.

“Cuando la temperatura del asfalto supera los 40º C nuestra moto se vuelve difícil de conducir, se vuelve más nerviosa y yo pierdo confianza con el frontal. El equipo ha trabajado duro para ayudarme y hemos conseguido que tenga una buena puesta a punto para la carrera” explicó Ramos al término de la carrera del sábado. “Estamos contentos por este resultado, era importante confirmamos entre los diez primeros”. Sin embargo, un día más tarde llegó el revés que le dejaría sin puntos y le devolvería a la 11ª posición de la general tras el séptimo Round.

 “En la segunda carrera, creo que hemos dado un paso más y me hubiera gustado pelear por un sexto puesto, en la pretemporada era casi impensable estar aquí. Por desgracia, se ha roto el motor y el sueño se ha desvanecido. Iremos con confianza a Laguna Seca y doy las gracias a mi personal técnico” cerró el santanderino.