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Christian Gamarino, el piloto que optase en su momento al título de STK600, ha tenido una difícil temporada de debut en el Campeonato del Mundo FIM Supersport en el intento de adaptar su estilo de pilotaje a su nueva montura. Al menos, durante la parte final de la temporada el piloto italiano conseguía solucionar sus problemas sobre la ZX-6R con especificaciones WSS al conseguir puntuar en las tres últimas carreras del calendario. Gamarino mira ahora a la próxima temporada esperando mejorar sus resultados, así como su rendimiento global.

“Decidimos empezar este año con una puesta a punto similar a la que había tenido en 2013”, declaraba recientemente Gamarino, “con el fin de tener una suave adaptación a World Supersport. Después de algunas carreras empezamos a trabajar más con la electrónica y el freno motor, pero de alguna manera perdimos el rumbo. Hacia el final de temporada conseguimos una buena base de puesta a punto con la que he terminado aprendiendo cómo ser rápido sobre la moto de World Supersport. Fue una buena experiencia y ahora sé como usar todas las herramientas que pueden marcar la diferencia en el campeonato. Ahora estoy deseando comenzar el próximo año porque tendré más experiencia y conocimientos de mi parte. Mi intención es terminar entre los diez primeros en cada carrera y, si puedo estar con los cinco primeros, también lo intentaré”.